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PabloLuna

Sobre Goldstein y "El Remanente"...

Sobre Goldstein y "El Remanente"... Otro enfoque (con respecto a algunos conflictos)

Goldstein comienza su obra "El Remanente", mostrándonos casos prácticos y concretos, (muchos de ellos sórdidos) de diversas situaciones irregulares en una entidad cristiana, como lo es el adventismo. Muestra doce casos a modo de sugerente introducción.

Es el tercer libro que leo de este expositor. Y si bien es muy agudo y sabe mostrar ambas partes de la moneda (sea cual fuera ésta, del precio o valor que sea o tenga). Creo que hay un punto que él no toca a profundidad. Sólo lo menciona, como parte de alguna estadística, pero como muchos expositores adventistas, y me atrevería a decir, cristianos en general, no cree ni lo considera de alta importancia. No lo ven así. Es parte de su "idiosincracia", como grupo religioso diría, no tomarle el valor que sí realmente tiene. Hablo de la sexualidad del individuo.

En su libro "El Remante" (magistral libro!). De los doce casos que Goldstein nos muestra como "emblemáticos" en su organización, tres de ellos, son netamente sexuales:

1. Una niña de doce años es violada repetidas veces por su padre, miembro de la iglesia remanente...
2. Un maestro de un colegio de la iglesia remanente es sorprendido acostado con la esposa de otro hombre.
3. Un pastor de jóvenes de la iglesia remanente es acusado de haber tenido relaciones íntimas con una adolescente.

Es decir, de los 12 casos emblemáticos (y por ahí algún detractor para conmigo, podría decir "casos al azar". ¡Justamente eso haría la muestra más emblemática aún!), de doce casos, el 25 % está directamente relacionado con una problemática sexual.

Hay dos casos (también emblemáticos) que están relacionados (digamos "¿indirectamente?") a la problemática sexual, que derivan luego en divorcios y crímenes:

1. Un niño llora. Sus padres, ambos dirigentes de la iglesia remanente local, se han divorciado tras años de sonreir en público y pelearse en privado.
2. De pie ante un hospital de la iglesia remanente que practica abortos, un cristiano sujeta un cartel que dice "No matarás"

Es decir, dos casos más devienen porque no ha habido una solución concreta a un problema sexual ya existente. (Un aborto deviene de relaciones sexuales, en este caso particular -adventismo-, relaciones prematrimoniales, infidelidad, entre otros. Y un divorcio, también deviene cuando una pareja, más allá de las "diferencias de carácter" -como la mayoría de "religiosos" suele disfrazar las cosas!-, es que en el sexo ya no hay mayor compatibilidad!)

Entonces, tendríamos tres casos directos, y dos -para ser benevolente con los pegados a la letra- "indirectos" (aunque para mí, es completamente directo!). Serían 3 casos directos, y 2 indirectos, pero ambos relacionados a la problemática sexual! Es decir, 5 casos de 12, son sobre el asunto sexual. Es decir, más del 40 %, ¿42 %?. Más del 40 % tiene (según esta muestra "emblemática") problemas con la sexualidad.

Así comienza Goldstein su libro. Un libro, cuya travesía es muy amena, directa y convincente. Un libro que nos habla de un remanente, que tiene sus errores. Un libro franco y sincero, así como latente. Nos dice mucho este libro, a nivel doctrinal, a nivel de convicción, nos da un llamado de conciencia útil y directo, nos trae muchas "revelaciones" para los poco conocedores. Un libro magistral. Y comienza así, diciéndonos que de los problemas que presenta la Iglesia remanente, el 40 % (como mínimo) son de índole sexual.

En una muestra esto (este porcentaje) es ALTAMENTE preocupante. Porque éste porcentaje, sobrepasa el límite de tolerancia (que usualmente es de un 25 %) en un 15 % más.

Goldstein luego nos habla magistralmente de la función de la Iglesia remanente, y de toda su tesis con respecto a la verdad, y que el adventismo tiene una función privilegiada y preponderante en el destino de la humanidad, y que no siempre la santidad ha sido parte de este mundo, y que la historia se unirá con las profecías. Punto de visto que no objeto, punto de vista, muy interesante y creíble también. Punto de vista que tiene mucho de cierto, pero de ello no me ocuparé. Me ocuparé de aquello que no ven, o que no se ve, o no pueden ver, o no quieren ver. De aquello que se muestra, pero no se dice. Que se expone como una estadística más, y que se dá -en general- sin alguna aparente relevancia. Hablaré brevemente, no quiero convencer a nadie, -no tengo que hacerlo además- de la vehemente, y tan presente sexualidad humana.

Lo que me llama la atención, es que muchos de los exponentes del adventismo (Goldstein incluido) al ver este índice tan alto en las estadísticas, con respecto a problemática sexual, sigan hablándonos magistralmente de doctrinas, de tiempos históricos y futuros, de profecías, de grandes cambios en la humanidad, y de muchos temas altamente apasionantes, pero no puedan ver algo tan real y cotidiano, como el sentir sexual. (Tan presente en estos casos) Y si lo ven, no darle la importancia adecuada.

Pienso, y es una opinión muy personal, que en general, (Y Goldstein es un pretexto) no se toca el fondo: la sexualidad del individuo. Se da o sobreentendida, o no es relevante. Creo que ahí se resume mucho de estos problemas, irónicamente. Es probable que esté equivocado, es probable que no conozca toda la doctrina y los misterios religiosos, es probable que esté teñido por mi solidarización en parte con el psicoanálisis, es probable que tenga una tendencia particular a lo sexual, a lo "sexológico". Pero nada de ello, quita los hechos! y mucho menos el hecho de que no se proponga nada, para poder abrir los ojos a los jóvenes y adultos!

La fe, es cierto que logra cambios, la entrega y espiritualidad, no lo dudo. Y como dice Lucas, no hay nada imposible para Dios. Pero el ser humano debe conocer su sexualidad sinceramente, y debe intentar conocer qué hay detrás de esa sexualidad, qué lo motiva a actuar de esta manera tan patética y "emblemática" como los casos en mención. Qué falta o desconoce, donde incluso los miembros -no solo "remanentes"-, sino también los clericales, terminan siendo partícipes y protagonistas no sólo de historias "ejemplo" como las mostradas a modo de Introducción en la obra de Goldstein, sino también de perversas, oscuras, y denigrantes historias sexuales. Un estudio de ello, entre otros, lo hace Pepe Rodriguez, en "La Vida Sexual del clero", Editorial Punto de Lectura, 2002.

Creo que en el mundo "cristiano-espiritual" se desdeña demasiado el rol sexual, su función e importancia. (¿A lo mejor, este desdeñar lo sexual, -¡irónicamente!- es la introducción discreta de algún antiguo platonismo? ¿o es por una doctrina paulina no entendida? ¿O sí realmente San Pablo nos impulsa entonces a desdeñar y despreciar el sexo?¿O es que la influencia medieval, en la cristiandad, fruto de las dos primeras hipótesis anteriores, aún sigue vigente?-). El tema sexual y sus implicancias, no se toca, no se menciona, a lo más se asiente ligeramente la cabeza en una conversación para no opinar. Es cierto que nuestra sociedad está saliendo de toda su atmósfera hipocritona de tanto tiempo y de tantos años enceguecidos (que justamente generan estas conductas que nos impactan). ¡Pero sí, me sorprende que mentes tan brillantes, pasen por alto estos detalles! Quiero pensar, que es un error inconsciente, o un deseo propio del autor. Pero a veces viene a mi mente la contraparte, y me dice que a lo mejor es un error voluntario, y especulando hasta uno puede pensar que es originado por las presiones de las jerarquías, o quizá -y eso sería lo más sano y es a mi punto de ver lo deseable-, por una sincera óptica y visión personal, como decía. (Pero si fuera así, no lo parece). Las entidades fundamentalistas, jerárquicas y autoritarias, el tema sexual no lo tocan, dicen de labios para afuera que es vital en el mejor de los casos, pero luego no lo tocan, menos en papel! Lo que hace cuestionable que algo sea vital, y no se lo mencione después ¿Cuál es el temor? ¿Descubrirse ellos mismos?

Y si nos remontamos a la Biblia, podríamos decir que el sexo es algo tan vital y que se presenta en niveles sumamente astronómicos, y en muchos casos, más que sórdidos, sino aberrantes. Entonces, hay que ver justamente "qué está pasando ahí".

Casos como los de Noé y su nieto Cam (Gen 9:18-27) -que según algunas interpretaciones tiene un cariz sexual (verso 24, véase mi estudio adicional, www.pabloluna.blogia.com)-, Lot y sus hijas, Lot y los ángeles, Abraham y Agar, Sansón y Dalila, El levita y su concubina! (Jueces 19), David y Betsabé, Amnón y Tamar (hijos de David, medios hermanos! violación! 2 Samuel 13), Salomón (1 Reyes 11), entre infinidad de casos, demuestran que también la problemática sexual era algo tan inherente al ser humano, -obviamente desde los inicios de la humanidad- que se daba de esta manera tan impactante (y en otros aberrante ya en ese entonces, y justificados para algunos por las circunstancias) como algunos de los casos mencionados.

Muchas pueden ser las variables que provocan estas conductas. Y el mundo "cristiano" no puede o no quiere verlas o no tiene la capacidad para ello. Piensa y cree (¿ingenuamente?) que basta y sobra con la mención de los mismos, o con la sincera entrega a una fe para solucionarlos. No digo que sea imposible lo segundo. No cuestiono la conversión. ¡Lejos estoy de ello! Lo que me impacta grandemente es que no se toque el tema, que se pase la hoja, como si no fuera nada preponderante, ¡cuando la sociedad está plagada de miles, y millones de Amnones y Tamaras!. (Sin contar a los Davides que ya son altamente cotidianos!)

Y ahora sí puedo decir, (y solidarizándome con Freud) que el reconocer la sexualidad, tratarla, exponerla, comentarla, "asociarla libremente" nos permite conocernos a nosotros mismos, y darnos cuenta de lo que hay detrás de estos actos y deseos, para (con mucha esperanza) no cometerlos, o controlarlos -no estoica ni virtuosamente precisamente-, sino con dignidad, y respeto. La sexualidad más que un derecho (que en la actualidad los militantes feministas, derechistas, o de cualquier tendencia hacen tanto alarde), la sexualidad es una condición natural del individuo, que debe ser tratada y conocida, con mucho respeto, con mucho tacto, sin temor, sin falsos y ruborizados tonos en las mejillas, sin posturas extremadamente liberales, ni estúpidamente conservadoras. Una de las formas para ello, es entre muchas, el psicoanálisis. En algunas cosas Freud tuvo bastante intuición que lo llevo a este "descubrimiento": el psicoanálisis, que para mí, dicho sea de paso, será la religión -si ya no lo es!- la religión de esta época. Porque paradójicamente tiene los mismos objetivos, la misma estructura, el mismo sentir. Busca lo mismo: la conversión que el famoso religare, parece -según los casos "emblemáticos" mencionados-, no logra alcanzar.

Pablo Luna
Perú, 2004

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