Hacer Teatro, MI INDEPENDENCIA ;)
http://proyectoindependencia.blogspot.com/
Obra teatral de Lee Blessing
Dirección: Pablo Luna
Intermedio 10 minutos
Visitame en : http://proyectoindependencia.blogspot.com/
http://proyectoindependencia.blogspot.com/
Visitame en : http://proyectoindependencia.blogspot.com/
Esta es la primera vez que escribo un artículo con el título ya en mente. Y es que en esta ocasión fue casi una revelación.
Por lo general yo tengo una manía inversa al escribir. Es que medio mundo de mis amigos apasionados por este arte de la escritura, me comentan que ellos primero ponen el título y que luego comienzan a darle duro a la pluma o el teclado. En mi caso es todo lo contrario, yo primero escribo, escribo, escribo -incluso en papel sanitario, sobre todo mis alborotados sueños, que van en la sección "Sol Negro" de este blog- y luego pienso en un título idóneo para lo que ha salido de mi. Bueno, esa es mi manera de escribir, de expulsar mis demonios, de satanizar mis ángeles, o sin ser muy metafórico ni darme de artista-bohemio-soñador, sino esa es mi manera de simplemente hacer lo que me gusta, escribir. Y en este arte, como en muchos, se aplica eso de que cada cual sabe como mata sus pulgas.
El punto es que efectivamente, el destino vuelve a confabular y aquí me tienen luego de muuucho tiempo. Perdón por la ausencia, pero la actividad en las tablas me ha tenido más que contento y realizado. La felicidad cuando llega, es como una fuente desbordante de alegría y emoción y que no la pare nadie ;)
Hacen eco en mi mente las palabras del profesor Alonso Alegría, cuando una vez le escuché decir: "Para hacer teatro hay que estar loco". Y efectivamente, él sustentaba fehacientemente esa posición, que realmente tiene mucho de verdad. Es batallar contra molinos de viento, es lanzarte en una empresa donde la mayoría no cree en ti, y los que sí creen lo hacen con una mirada noble y romántica y dándote una palmada en el hombro como diciendo "¡ojalá tengas suerte!". Es creer en tus sueños y darte cuenta que tus bolsillos te hacen ver la tierra gris, antes que el cielo azul. Aunque aquí en Lima, el cielo y la tierra parecen tener el mismo color, e incluso el aire, pero ese es otro cantar. Ustedes saben a que me refiero... En fin.
Este año 2007 que ya se va, me ha traído muchas grandes satisfacciones. Y entre ellas me trajo los famosos 27! Increíble pero cierto.
Tenía miedo, mucho miedo, lo reconozco. Como quien está ante su primera vez. Como quién dará a luz tal vez. ¡Es que los hijos cuestan! Y es que estos miedos que tengo, estoy seguro me seguirán eternamente. Porque si de algo estoy convencido es de mis incertezas, de mis miedos, de mis limitaciones. Lo que no impide -ojo- que pueda tener una honda certeza (soy muy acertivo como lo saben), una gran seguridad (eso es lo que proyecto) y llegar a ese "el cielo es límite" (que algún día se dará) venciendo así mis propios obstáculos. Esa es la idea.
Este año el proyecto que dirigí «Cuenta Cuentos Las Mil y Una Noches» http://cuentacuentoslasmilyunanoches.blogspot.com/ cumplió 27 presentaciones. (El enlace es altamente recomendable, tiene vídeos, fotos, info, todo lo requerido al proyecto, y desde aquí nuevamente mi gran agradecimiento a cada uno de los que hicieron posible todas las funciones). Y hemos hecho de todo un poco. Como lo dice mi gran compañera Ana Rosa "... Y así continuamos hasta hace muy poco con nuestras presentaciones por cumpleaños, graduaciones de nidos, navidad, hasta celebramos primeras comuniones y le contamos cuentos árabes a familias judías, jajaja." Me gusta mucho eso de contarles a otros lo que no es de uno. Expandir y a la vez unir.
Entonces, el día de hoy, siguiendo lo cabalístico-extrañamente-misteriosa-coincidente-y-anecdótica que son los hechos en mi vida, he decidido publicar los 27 del 2007.
No está nada mal como proyecto inicial desde que me decidí a apostar por el teatro y el arte. La recompensa ha sido más que generosa, y ver tantas caras felices no se puede muchas veces describir. Es cierto eso que uno a veces se queda sin palabras eh? Me siento sanamente orgulloso, y muy feliz también de trabajar con gente tan buena, capaz y talentosa. Un aplauso a cada uno de ellos. Se lo merecen.
El teatro demuestra que el trabajo en equipo es una de las cosas más bellas que el ser humano puede hacer y que los sueños sí pueden ser posibles, incluso en medio de tanta incerteza y poca fe de muchos.
Pero ahora es momento de celebrar estos 27!
Saludo por ellos... Y Gracias... totales!!! :)
Con aprecio ;)
Pablo
Uno de mis grandes amores y pasiones, como bien lo saben es -y si no lo saben acá se enteran-, es esa gran debilidad que tengo -no, no es esa que estás pensando Miguelito- es simplemente ella, que muchas veces la siento "ya de peso" y en otras completamente bella y fresca: La Palabra. Y en sus diversas formas, sea escrita, hablada y hasta dibujada.
El día de hoy hubo una velada de cuentos, «Swami Sarveshwarananda Giri y cuentos de sabiduría» tAMBIÉN LO ACOMPAÑARÁ fRANÇOIS vALLAEYS, quien es uno de mis maestros en este maravilloso arte de contar cuentos. El asunto es que está bien que quien les escriba sea peruano, pero tan, tan peruano no soy, es decir impuntual creo no serlo. Despistado -paradójicamente- en algunas ocasiones tal vez. Y sí, esta fue una de ellas. Porque sucedió que tomé el carro equivocado, y ches! caramba! por ende llegué tarde y ya el teatro estaba cerrado, porque dicen los que trabajan ahí cosa que no creo literalmente hablando "que no cabía ni un alfiler". Iba a responder que soy delgado, ligeramente espigado, con una estirpe de un fino alfiler, pero cerraron la puerta para todos. Y bueno, ni modo. Resignarse a no poder oír el arte de la narración oral de los cuentos.Eramos cerca de cincuenta personas las que nos quedamos afuera. Pero no sé porqué extraña razón, nadie quería irse. Como dicen, -y afirmo también-, que la esperanza es lo último que se pierde. Pues éramos el grupo de los "esperanzadores". Con un frío más o menos intenso, -al menos para mí que como algunos saben, estoy en proceso de recuperación bronquial, porque repetir el plato de trece inyecciones, que lo haga su abuelita, yo no-, por ello había ido bien abrigado como un esquimal. Y todos seguían ahí, estaban esperando algo. Quizá que se abra la puerta para entrar como un torbellino, quizá la utópica idea que ahora sí entre algo más que un alfiler, o incluso que algunos por a o b motivo salgan y tener entonces un espacio para estar ahí y escuchar a los maestros.
Aquí -me parece, es idea mía, solo lo pienso en voz alta, no se vaya pensar que es una crítica alturada o que me quedé picón por no entrar- debió aplicarse, ese estribillo que no olvido de mi infancia de la obra "El diluvio que viene", esa parte introductoria que tanto me gustaba porque es un canto a la amistad:
«Un nuevo sitio disponed,
para un amigo más
un poquitito os estrechéis,
un poquitito os estrechéis
y se podrá acomodar.
Para eso sirve la amistad,
para estar en reunión,
amémonos con libertad y con el corazón
que él con su amor nos cantará (nos contará)
y alegrará la reunión»
En fin, en fin, ya estaba dicho: No hay sitio. Nadie más puede entrar. ¡Ni un alfiler! Pero siempre se puede... Además en el Perú TODO ES POSIBLE! En fin, que "nuevo sitio disponed ni ocho cuartos", calabaza calabaza cada uno a su casa. Entonces, con el corazón partío, un poco asado también, empecé a apartarme e irme. Pero ya en la esquina, sentí que debía voltear, porque algo pasaba.
Sucedía que...
Salió Francois, el maestro, mi maestro en el arte de contar. Y viendo toda la gente afuera que se había quedado con las ganas -de ver el espectáculo, que te pensabas Miguelito?-, él muy práctico dijo: ¡cuenten ustedes aquí! Y señalando a Briscila dijo: "Tu sabes contar cuentos, comienza!" Y ella, ya acomodada -sentada en el chasis delantero de una cuatro por cuatro-, viendo a lo lejos que me acercaba, me miró y lanzó la pelota señalándome como cuando somos niños, y queremos revelar una verdad: "El también cuenta cuentos". Y yo, ups! miré a la izquierda, miré a la derecha, miré a esta luna tan bella, y luego la gente al mirarme sonrió.
Briscila contó un par de cuentos muy amena, muy fresca, muy ella. Y la verdad, me decía a mi mismo que si es que tenía que contar cuento alguno, no sabía cual o qué. Y contar vida, ni loco, porque es tan aburrida para algunos, y/o tan intensa para otros. Además, para que ventilar lo que Miguelito tanto desea saber y que bien conoce, (Aquí un paréntesis. Bien lo confesaré, se los contaré: Recuerdo cuando lo conocí, -a Miguelito- fue cómo decirlo mmm... esteee... bueno está bien, fue en uno de esos viajes locos que uno hace por el mundo, y sí pues en uno de ellos reconocí a un paisano mío, a Miguelito, fue ... fue... bueno ya, fue en un burdel en Pekin. El dice y jura hasta ahora que estaba haciendo cola para el tren, -que así como yo hoy despistado tomé el carro equivocado-, él más despistado aún, estaba haciendo la cola para ingresar al tren... Y bueno le creí, a pesar de las luces rojas, a pesar de ese aire y esa atmósfera que sólo algunos lugares tienen... y bueno, me puse en la cola también... El final luego se los cuento, si hay tiempo e inspiración. En fin, asi fue como lo conocí. Fin del parentésis).
Volvamos a lo nuestro, a nuestra experiencia de esta noche, -Que no Miguelito, que obsesión con el plano amatorio, que me refiero al arte de contar cuentos. En fin en fin- Por otro lado, creía que no me sentía realmente "inspirado". Pero ya sabemos que esto de estar "inspirado" es un tonto pretexto, una excusa infame y banal, porque la inspiración nunca llegará hasta que te lances a nadar. Le cedí el turno a Andrés que era su primera vez, -en el arte de contar-, y luego poco a poco fui armando ahí en mi mente una adaptación de una bella tradición peruana de Ricardo Palma, "El Nazareno". Búsquenla y verán que es espectacular: la contradicción en su máxima expresión, pero como les menciono la adapté a los tiempos actuales. Fue muy interesante también como al final la gente dio un "Ohhh" y escuché un hondo suspiro de sorpresa y fuerte asombro por el desenlace. (Y como ustedes no fueron, se la perdieron... Lástima que sea tan amoroso, y tenga muchos amores. Y el romance que tengo con la palabra hablada y el arte de contar, no es el romance que tengo con la palabra escrita contándoles aquí lo sucedido). Por ello, no se los contaré, el cuento digo. Sigamos con la experiencia.
Luego el doctor Pérez-Albela (www.biendesalud.org) también se lanzó a contar. Un par de historias amenas. Y una de ellas para niños! Eso fue muy bueno también. (Cosa que debo hacer mucho más!) Finalmente, volví a sentarme en el chasis delantero, el lugar, el trono imaginario para los contadores que pasaban por ahí, y conté aquella historia de "Sakarandá", que tanto me gusta, y que francamente esa, sí que nunca la había contado. He contado muchas, pero Sakarandá nunca. (No se preocupen, ésta, sí la encuentro la compartiré con vosotros). En fin, el asunto es que francamente fue una experiencia alucinante la de hoy. El hecho de compartir todos y con todos, sentados al que le tocaba en la cuatro por cuatro, y sentir la magia del cuento, que efectivamente se cuenta solo, cuando todo está muy claro, y de la palabra hablada fue alucinante. Y sólo los aplausos reflejan el sentir.
Así que los que estuvieron adentro, escuchando a los famosos, y los que no nos dejaron entrar porque ya no cabía un alfiler, se perdieron el show que se llevó afuera con nosotros, pero por el cual y por la emoción, nos olvidamos de pasar el sombrero como ellos también.Un fraternal abrazo a todos!
Y sigan (sigamos) contando historias!!!
Pablo