"LA NUEVA FRONTERA"
Hay en el Medio Oriente de hoy dos ideas desafiantes; las viejas y las nuevas.
Las viejas ideas se desvanecerán porque están débiles y exhaustas.
Hay en el Medio Oriente un despertar que desafía al Sueño. Este despertar vencerá porque el sol es su líder y el alba su ejército.
En los campos del Medio Oriente -que han sido un vasto comenterio- se yergue imperiosa la joven primavera, incitando a los ocupantes de los sepulcros a levantarse y marchar hacia las nuevas fronteras.
Cuando la primavera entona su himno, los muertos del invierno se levantan, se despojan de sus mortajas y comienzan a avanzar.
Ya se vislumbra un nuevo despertar en el horizonte del Medio Oriente; crece y se expande, alcanza y rodea a todas las almas inteligentes y sensibles; ya las penetra y gana la simpatía de los nobles corazones.
El Medio Oriente de hoy tiene dos amos: uno es decidir, ordenar y ser obedecido; pero está al borde de la muerte.
Pero el otro es silencioso en su sumisión a la ley y el orden, y aguarda tranquilamente la justicia; es un poderoso gigante que conoce el límite de sus fuerzas, seguro de su existencia y creyente de su destino.
Hoy hay dos hombres en el Medio Oriente: uno del pasado y otro del futuro. ¿Cuál de los dos eres tú? Acércate; déjame mirarte y déjame cerciorarme por tu apariencia y tu conducta de si eres de los que vienen de la luz o van hacia la oscuridad.
Ven y dime qué y quién eres.
¿Eres un político preguntando "qué puede la nación hacer por vosotros" o un entusiasta preguntando "qué podéis hacer vosotros por la nación"?
Si eres el primero, entonces eres un parásito, si el segundo, entonces eres un oasis en el desierto.
¿Eres un mercader que utiliza las necesidades de la sociedad para cubrir las de tu vida, para el monopolio y para obtener ganancias exhorbitantes? ¿O eres un hombre honesto, trabajador y diligente que facilita el intercambio entre el hilandero y el granjero? ¿Obtienes ganancias razonables como intermediario entre la oferta y la demanda?
Si eres el primero, entocnes eres un criminal ya vivas en un palacio o en una prisión. Si eres el segundo, entonces eres un hombre caritativo ya recibas el agradecimiento o el escarnio de la gente.
¿Eres un líder religioso, que cubre su cuerpo con las vestimentas hechas de la ignorancia de la gente, confeccionando una corona con la simpleza de sus corazones y simulando odiar al demonio por el solo hecho de vivir de sus rentas?
¿O eres un hombre piadoso y devoto que ve en la piedad del individuo los cimientos de una nación progresista, y capaz de hurgar en su alma hasta encontrar la escalera hacia el alma entera que gobierna el mundo?
Si eres el primero, entonces eres un hereje, y un descreído aunque ayunes de día y reces de noche.
Si eres el segundo, entonces eres una violeta en el jardín de la verdad, aun cuando su fragancia se pierda en las narices de la humanidad o su aroma se eleve a la atmósfera donde se preserva la fragancia de las flores.
¿Eres un periodista que vende sus ideas y principios en el mercado de esclavos, y que vive de la miseria de la gente como un chismoso que sólo desciende sobre los cuerpos consumidos?
¿O eres un maestro en la plataforma de la ciudad recogiendo lo que la vida te enseña y predicándolo entre la gente como los sermones que has aprendido?
Si eres el primero, entonces eres un enllagado y ulceroso. Si eres el segundo, entonces eres un bálsamo y una medicina.
¿Eres un gobernante que se denigra ante aquellos que lo nombraron y denigra a aquellos a quienes debe gobernar, que jamás alza la mano excepto por avidez?
¿O eres un siervo fiel que sólo sirve al bienestar de la gente?
Si eres el primero, entonces eres cizaña en la tarea de la nación; y si el segundo, entonces eres un elegido entre sus granos.
¿Eres un esposo que se permite lo que prohíbe a su esposa, que vive holgazaneando con las llaves de la prisión en sus botas, paladeando su plato favorito mientras ella está sentada, sola, ante un plato vacío?
¿O eres un compañero que no toma decisiones solo, ni se permite atribuciones sin su consentimiento, y que comparte con ella el éxito y la felicidad?
Si eres el primero, entonces eres un sobreviviente de la tribu que cubierta con pieles de animales, se extinguió mucho antes de abandonar las cavernas; y si eres el segundo, entonces eres el líder de una nación que transita al alba hacia la luz de la justicia y la sabiduría.
¿Eres un escritor inquieto lleno de autoestima, que hunde la cabeza en el valle del pasado polvoriento, donde los siglos deshecharon los restos de sus ropas e inútiles ideas?
¿O eres un lúcido pensador que medita sobre lo bueno y útil para la sociedad y pasa sus días construyendo lo útil y destruyendo lo dañino?
Si eres el primero, entonces eres frágil y necio, y si eres el segundo, entonces eres pan para el hambriento y agua para el sediento.
¿Eres un poeta que toca el tambor a las puertas del emir, o acaso el que arroja flores en las bodas y camina en las procesiones con una esponja húmeda de agua en la boca, una esponja que luego es exprimida por tu lengua y tus labios al llegar al cementerio?
¿O posees el don que Dios ha puesto en tus manos y con el que tocas celestiales melodías que transportan nuestros corazone hacia las bellezas de la vida?
Si eres el primero, entonces eres un juglar que produce en nuestras almas lo contrario a lo que se propone.
Si eres el segundo, entonces eres amor en nuestros corazones y una visión en nuestras mentes.
Hay en Medio Oriente dos procesiones: Una procesión es de gente anciana que camina con las espadas vencidas, apoyándose en vencidos bastones; están exhaustos aunque caminen cuesta abajo.
La otra es una procesión de jóvenes hombres, que parecieran correr con alados pies, y jubilosos como si tuvieran cuerdas musicales en sus gargantas, saltando vallas como si cierto imán los hiciera elevarse hasta las cimas de las montañas y cierta magia hechizara sus corazones.
¿Cuál de los dos eres, y en qué procesión avanzas?
Pregúntatelo, y medita en la quietud de la noche, averigua si eres un esclavo del ayer o el hombre libre del mañana.
Debes saber que los niños del ayer avanzan con el funeral del siglo que crearon para sí mismos. Tiran de una cuerda que pronto se romperá y los hará caer en el abismo del olvido. Debes saber que viven en casas de débiles cimientos; cuando se desencadene la tormenta -está a punto de desencadenarse- sus casas caerán sobre sus cabezas convirtiéndose así en sus propias tumbas. Debes saber que sus pensamientos, peleas, composiciones, libros y su obra toda no son nada más que cadenas que los arrastran pues son demasiado débiles para sobrellevar la carga por sí solos.
Pero los niños del mañana son los elegidos por la vida, y la siguen con el paso firme y alta la frente. Son la aurora de nuevas fronteras, y el humo no velará sus ojos y el repiqueteo de cadenas no eclipsará sus voces. Son escasos, pero la diferencia es la misma que entre un grano de trigo y una parva de heno. Nadie los conoce pero ellos se conocen uno al otro. Son como las cumbres que pueden verse y oírse -no como las cavernas que ni oyen ni ven-. Son la semillla derramada por Dios sobre los campos, rompiendo la vaina y blandiendo las hojas de cara al sol. Será un árbol poderoso, arraigado en el corazón de la tierra y elevándose a los cielos.
Khalil Gibrán
Espejos del alma
Las viejas ideas se desvanecerán porque están débiles y exhaustas.
Hay en el Medio Oriente un despertar que desafía al Sueño. Este despertar vencerá porque el sol es su líder y el alba su ejército.
En los campos del Medio Oriente -que han sido un vasto comenterio- se yergue imperiosa la joven primavera, incitando a los ocupantes de los sepulcros a levantarse y marchar hacia las nuevas fronteras.
Cuando la primavera entona su himno, los muertos del invierno se levantan, se despojan de sus mortajas y comienzan a avanzar.
Ya se vislumbra un nuevo despertar en el horizonte del Medio Oriente; crece y se expande, alcanza y rodea a todas las almas inteligentes y sensibles; ya las penetra y gana la simpatía de los nobles corazones.
El Medio Oriente de hoy tiene dos amos: uno es decidir, ordenar y ser obedecido; pero está al borde de la muerte.
Pero el otro es silencioso en su sumisión a la ley y el orden, y aguarda tranquilamente la justicia; es un poderoso gigante que conoce el límite de sus fuerzas, seguro de su existencia y creyente de su destino.
Hoy hay dos hombres en el Medio Oriente: uno del pasado y otro del futuro. ¿Cuál de los dos eres tú? Acércate; déjame mirarte y déjame cerciorarme por tu apariencia y tu conducta de si eres de los que vienen de la luz o van hacia la oscuridad.
Ven y dime qué y quién eres.
¿Eres un político preguntando "qué puede la nación hacer por vosotros" o un entusiasta preguntando "qué podéis hacer vosotros por la nación"?
Si eres el primero, entonces eres un parásito, si el segundo, entonces eres un oasis en el desierto.
¿Eres un mercader que utiliza las necesidades de la sociedad para cubrir las de tu vida, para el monopolio y para obtener ganancias exhorbitantes? ¿O eres un hombre honesto, trabajador y diligente que facilita el intercambio entre el hilandero y el granjero? ¿Obtienes ganancias razonables como intermediario entre la oferta y la demanda?
Si eres el primero, entocnes eres un criminal ya vivas en un palacio o en una prisión. Si eres el segundo, entonces eres un hombre caritativo ya recibas el agradecimiento o el escarnio de la gente.
¿Eres un líder religioso, que cubre su cuerpo con las vestimentas hechas de la ignorancia de la gente, confeccionando una corona con la simpleza de sus corazones y simulando odiar al demonio por el solo hecho de vivir de sus rentas?
¿O eres un hombre piadoso y devoto que ve en la piedad del individuo los cimientos de una nación progresista, y capaz de hurgar en su alma hasta encontrar la escalera hacia el alma entera que gobierna el mundo?
Si eres el primero, entonces eres un hereje, y un descreído aunque ayunes de día y reces de noche.
Si eres el segundo, entonces eres una violeta en el jardín de la verdad, aun cuando su fragancia se pierda en las narices de la humanidad o su aroma se eleve a la atmósfera donde se preserva la fragancia de las flores.
¿Eres un periodista que vende sus ideas y principios en el mercado de esclavos, y que vive de la miseria de la gente como un chismoso que sólo desciende sobre los cuerpos consumidos?
¿O eres un maestro en la plataforma de la ciudad recogiendo lo que la vida te enseña y predicándolo entre la gente como los sermones que has aprendido?
Si eres el primero, entonces eres un enllagado y ulceroso. Si eres el segundo, entonces eres un bálsamo y una medicina.
¿Eres un gobernante que se denigra ante aquellos que lo nombraron y denigra a aquellos a quienes debe gobernar, que jamás alza la mano excepto por avidez?
¿O eres un siervo fiel que sólo sirve al bienestar de la gente?
Si eres el primero, entonces eres cizaña en la tarea de la nación; y si el segundo, entonces eres un elegido entre sus granos.
¿Eres un esposo que se permite lo que prohíbe a su esposa, que vive holgazaneando con las llaves de la prisión en sus botas, paladeando su plato favorito mientras ella está sentada, sola, ante un plato vacío?
¿O eres un compañero que no toma decisiones solo, ni se permite atribuciones sin su consentimiento, y que comparte con ella el éxito y la felicidad?
Si eres el primero, entonces eres un sobreviviente de la tribu que cubierta con pieles de animales, se extinguió mucho antes de abandonar las cavernas; y si eres el segundo, entonces eres el líder de una nación que transita al alba hacia la luz de la justicia y la sabiduría.
¿Eres un escritor inquieto lleno de autoestima, que hunde la cabeza en el valle del pasado polvoriento, donde los siglos deshecharon los restos de sus ropas e inútiles ideas?
¿O eres un lúcido pensador que medita sobre lo bueno y útil para la sociedad y pasa sus días construyendo lo útil y destruyendo lo dañino?
Si eres el primero, entonces eres frágil y necio, y si eres el segundo, entonces eres pan para el hambriento y agua para el sediento.
¿Eres un poeta que toca el tambor a las puertas del emir, o acaso el que arroja flores en las bodas y camina en las procesiones con una esponja húmeda de agua en la boca, una esponja que luego es exprimida por tu lengua y tus labios al llegar al cementerio?
¿O posees el don que Dios ha puesto en tus manos y con el que tocas celestiales melodías que transportan nuestros corazone hacia las bellezas de la vida?
Si eres el primero, entonces eres un juglar que produce en nuestras almas lo contrario a lo que se propone.
Si eres el segundo, entonces eres amor en nuestros corazones y una visión en nuestras mentes.
Hay en Medio Oriente dos procesiones: Una procesión es de gente anciana que camina con las espadas vencidas, apoyándose en vencidos bastones; están exhaustos aunque caminen cuesta abajo.
La otra es una procesión de jóvenes hombres, que parecieran correr con alados pies, y jubilosos como si tuvieran cuerdas musicales en sus gargantas, saltando vallas como si cierto imán los hiciera elevarse hasta las cimas de las montañas y cierta magia hechizara sus corazones.
¿Cuál de los dos eres, y en qué procesión avanzas?
Pregúntatelo, y medita en la quietud de la noche, averigua si eres un esclavo del ayer o el hombre libre del mañana.
Debes saber que los niños del ayer avanzan con el funeral del siglo que crearon para sí mismos. Tiran de una cuerda que pronto se romperá y los hará caer en el abismo del olvido. Debes saber que viven en casas de débiles cimientos; cuando se desencadene la tormenta -está a punto de desencadenarse- sus casas caerán sobre sus cabezas convirtiéndose así en sus propias tumbas. Debes saber que sus pensamientos, peleas, composiciones, libros y su obra toda no son nada más que cadenas que los arrastran pues son demasiado débiles para sobrellevar la carga por sí solos.
Pero los niños del mañana son los elegidos por la vida, y la siguen con el paso firme y alta la frente. Son la aurora de nuevas fronteras, y el humo no velará sus ojos y el repiqueteo de cadenas no eclipsará sus voces. Son escasos, pero la diferencia es la misma que entre un grano de trigo y una parva de heno. Nadie los conoce pero ellos se conocen uno al otro. Son como las cumbres que pueden verse y oírse -no como las cavernas que ni oyen ni ven-. Son la semillla derramada por Dios sobre los campos, rompiendo la vaina y blandiendo las hojas de cara al sol. Será un árbol poderoso, arraigado en el corazón de la tierra y elevándose a los cielos.
Khalil Gibrán
Espejos del alma
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