El Perro y la M (Fuego contra fuego)
Fuego contra fuego.
No sé si te ha pasado. A mi sí. A menudo. Esas ganas inmensas, descomunales, -que no nacen precisamente ni de la mente ni del corazón, sino más bien de eso que pone la gallina día a día- de mandar todo a la infinita mierda. ¡Cómo me encanta esa palabra! ¡Mierda! (Como «sangre», dicho sea de paso). (Para los que me leen por primera vez, -y se sienten "¡OH!" indignados (a lo burgués -seguramente-) por la "grosería", pues dejen de leer y punto -además no son mi "público objetivo" (sic ;) )-, o en su defecto si son más "civilizados" lean el artículo anterior, donde hablo de mi amor por la palabra). En fin. Estabámos en esto de las ganas de... lo que decíamos... de romper con todo lo que te rodea, de detenerte para destruir todo lo que encuentras por cualquier parte. Pero a la vez con ganas también de olvidar, de escapar... de donde estás... De la cárcel... La cárcel que es tu cuerpo, tu casa, tu trabajo, tu país, tu mundo. Porque ya no aguantas, ya no soportas, porque te sientes como un Cristo llevando no sé qué pesada cruz...
Casi a la medianoche -¡como una fiera!-, con la cabeza y el corazón hirviendo, (cosa que es altamente peligrosa, solo debe hervir uno, no los dos, dicen los entendidos). Sería la influencia de la luna, (tan fuerte y enigmática, que hasta parecía un sol blanco -la luna, no yo-). No lo sé. Cierro la puerta de mi habitación, recorro el pasadizo, y abro la puerta principal. (Para encontrar seguramente algo de mi ansiada liberación. -Me doy cuenta que soy muchas veces como un animal salvaje que necesita solo de la naturaleza para vivir en libertad-) Y al abrir la puerta, su presencia en seco detuvo por un instante mi latir y todas sus pulsiones. Si tuviera el doble de mi edad, seguro hasta que me daba un infarto. Me quedé sin siquiera poder sacarle la madre, o emitir sonido alguno. Un Are.. Un Ajo... Un Erda... ¡No! Nada. Me quedé mudo. Llovía como nunca, la pista se veía empapada, mojada, como muchas... El jardín bañado (¡ya era hora!) y la garúa fuerte que seguía cayendo, cayendo, como las notas de un piano ejecutando algún estudio de Chopin, y él. El. Ahí parado frente a mí , temblando, pidiéndome ayuda. (Quien sabe hasta enfermo tal vez). La distancia entre nosotros era solamente de dos o tres centímetros. No más. ¡No más!
Pero las ganas no se fueron, no se han ido aunque la luna ya se fue. Y la mierda sigue ahí sin poderla extirpar. (Y no hablo de estreñimientos. Puedo jactarme, -como decía aquella publicidad para niños "yo sé cuidar mi cuerpo... yo sé cuidar mi cuerpo", que hasta ahora a diferencia de muuuchos peruanos, (dicen que tenemos los más altos índices de médicos gastroenterólogos del mundo, ¿será cierto?) los problemas estomacales no son lo mío -¡es que hay que saber comer! ¡La gente se mete tantas porquerías por todos lados! ¡Y a mí me encanta comer! ¡De todo!- (Entiéndase comer como mejor les parezca) -. Pero las ganas siguen ahí... mezclándose -probablemente- ahora con la sangre. Y generando toda esta sensación de querer tomar el primer bus que aparezca o la primera combi, o el más avezado aventón -con quién sea, cómo sea, a dónde sea- aunque sea a Huacho, para respirar mejor. Honda, profunda y libremente. ¿Yo que culpa tengo? ¿Ayudar es pecar? ¿Compadecerse es ser vil? Es cierto que hay que cosas que no estamos obligados hacer, pero que sino las hacemos somos viles eh? (Como casi siempre lo somos). Si por ejemplo, ante un juez el culpable se arrepiente sinceramente, admite su culpa al menos, dicen los jueces que la pena es menos severa. Aunque al final eso depende del pensamiento del juez. (Bueno, no hablemos de jurisprudencia por ahora, que ya estoy cansado de esos términos de M, que terminan enredándonos más, porque en honor a la verdad, la vida es más simple de la que nos pinta aquella pequeñuela, Libertad. (Sí, la de Mafalda, no la estatua).
Y entonces lo recogí. Lo hice pasar, y lo puse en el garage de mi casa. ¡Pero es que la lluvia era muy intensa! ¡Y él temblaba! Y quien nunca ha visto literalmente los ojos de un carnero degollado no puede comprenderme. Definitivamente, no puede hacerlo. Porque esos ojos estaban en ese pequeño animal, chusco, pobre, misio, osea perro al fin. Hay que tener corazón de piedra, -o no tenerlo figurativamente, a lo mejor solo un pedazo de carne que late (el corazón, no otra cosa)-, para al menos no hacerlo pasar. ¿Qué daño iba a hacer? Pero incluso si tuvieras corazón de piedra, al menos lo dejabas en el jardín con una caja encima. Estoy seguro. Pero a lo mejor, hubieras hecho lo que medio mundo hace. "¡Fuera perro de mierda!". ¡Pero yo no pues!. No iba hacer eso. (Alguna vez, lo admito y reconozco con un humano, se lo merecía! Pero ese es otro cantar). (Ahora hablemos un poco de las dos partes, de la dualidad contradictoria con el trato a estos animales) : Es cierto que tengo mis rollos -muy personales- con aquellos "defensores de los animales", -que a mi parecer son bien bestias ellos-, porque en su gran mayoría -aunque es un pecado generalizar- (pero ahora quiero hacerlo) la gran mayoría de ellos -ojo! hay un margen que NO, seguro en ese margen estás tu!- Pero la gran mayoría, ¡caramba! qué los cuidados, qué el aseo, qué la comida, qué la casita, qué etc, etc, etc. Pero para con un humano, -su padre anciano, su madre necesitada, o sea quien sea- ni un mendrugo de pan, ni un vaso de agua. Sí, ¡ni la sal ni el agua! (Entre humanos nos tratamos así, es lo más común). Entonces, yo tengo mis líos con estos "defensores" (jaja, defensores) de las bestias, de los animales. ¡Ellos son los animales!. Porque cuando ven un niño, un necesitado, pareciera que no vieran nada. Y cuando ven un perro carachoso, o enfermo, con distemper, que debiera morir (o matarlo -eso sería lo más saludable-), ¡No, que va! Lo atienden como al príncipe de Gales. (¡¡¡Cosa que pudieran hacer con un niño!!! -Por ejemplo-) Eternas contradicciones de la raza humana, basadas porsupuesto en la libertad de elección. Pero en fin, es mi simple opinión. (Estamos acá para opinar).
Lo puse en el garage, le puse unos periódicos, le cerré la puerta y empezó a llorar. Entonces, recordé la famosa frase "el que no llora no mama" y los perros (literales y simbólicos) ¡qué bien que la saben! (Unos por necesidad, otros por maña -de esos abundan, y luego te cuento, que también es parte del otro cantar-). Le traje algo de alimento que encontré -¡con que avidez engullía! Me sentía su padre viéndolo ahí comiendo su comida, y yo todo idiotizado y con una sonrisa de complacencia por el show, ¡Hasta movía la colita de felicidad!- Terminó y se tumbó en los papeles. Lo dejé tranquilo y me fuí. Regresé en un par de horas. Un poco liberado de las ganas de M... habían bajado. No desaparecido, pero sí disminuído. "La lluvia purifica el espíritu" dicen, "Calma las pulsiones" mencionan otros, "Simplemente moja", digo yo. Y a veces me gusta estar mojado. Seamos sinceros ¿A quién no? Incluso en un invierno como éste.
Pero yo no sabía, -pequeño detalle- ni presentía -menos aún imaginaba- que al dichoso perro, lo iban a atender -¡como atienden los defensores de los animales a los mismos! - : Alguien, hasta ahora queda la incógnita -una mano negra, o blanca- lo instaló en el asiento trasero del dizque BMW (¡del año cincuenta del siglo pasado!) que acababa de traer el niño Goyito de la casa. Además, la mano negra, u otros le sacaron una colcha -muy bella ella, como la dueña- tejida a mano de la doña, la madre, para taparlo por el frío. Y por si las dudas, ¡le ofrecieron otro plato más! (¡Ojalá! ¡Ojalá ¡Ojalá a mí me trataran así! Digo no más, pienso en voz alta nada más -¡¡¡Quiero saber quién es esa mano negra, para decirle que lo haga conmigo alguna vez!!!- Seguramente debe ser un/una "defensor/a de los animales" Eso ni dudarlo).
Entonces la M, volvió a resurgir.
Ese día la leona (que dicho sea de paso, un pequeño detalle no más, lee de lo más calmada todos sus libros de Metafísica y sabe de memoria muchos fragmentos de la Biblia que también la lee fielmente día y noche). Ese día me esperaba, rugiente, caliente, encendida para hacerme su presa. Ese día, la leona me buscaba para culparme, para lapidarme. Ese día, la leona me embistió y me atacó. (Y la Biblia y la Metafisica y el coctel holístico, integracionista, nuevaerista islámico-cristiano-judío-budista se perdieron por algún lado del planeta. Se fueron a la M). (¡El problema no era el perro!. ¡Tampoco la bella colcha hecha por su propia mano! ¡¡¡Sino la falta de cuero de unos diez centímetros del asiento trasero del auto destartalado (¡¡¡que ya estaba así -desde antes del perro-!!!) de su inocente cahorrito!!! El problema era el uso del asiento ya destartalado del amado niño Goyito).
Ya no había luna llena, ya no habían pulsiones encendidas, ya no había fiebre interna, ya mi cuerpo no era una cárcel, aunque la leona quería más que nada enjaularme y/o expulsarme. Así de contradictoria es. Me miró a los ojos, giró sagazmente y se enfrentó con el león. Y cuando la leona atacó, el león respondió, la mierda salió y a todos nos ensució. La sangre porsupuesto también salió. La melena se encrispó. El cachorrito estaba detrás de ella, mirando todo con mucho temor y temblor, cobijándose y escondiéndose ¡cómo si nadie lo mirara! Pero él no veía una leona como yo, sino una linda y hermosa Gallina -¡de pelea seguro!-, robusta, guapa y fina, y él bajo sus hipotéticas alas señalándole y diciéndole que viera el asiento: ¡los diez centímetros de cuero que nunca existieron y querían culpar al perro de ello!. El fuego ardiente se encontró con más fuego airoso, un par de llamas demasiado intensas, fortes, firmes, y decididas; y el aire ahí tímido, medroso, sin saber a donde quería realmente ir, azuzaba danzando alrededor de ella. Y luego de los desgarros, luego de la salvajada, luego de la animalada, luego de este fuego contra fuego, las fieras se midieron, se conocieron... ¡una vez más!
Ahora, la Biblia y la Metafísica, parecen haber retornado y de paso una nueva colcha está haciéndose para el cachorro y para tapar el pequeño hueco de su asiento.
Hoy salí nuevamente, con esas ganas inmensas y descomunales... que renacen sin saber de dónde ni porqué. Y hoy, en la puerta, me lo volví a tropezar. Pero ya no era de noche, ya no había lluvia, ya no hacía frío. Sólo el sereno de la mañana. Esta vez, actué como tú, como él, como ella, como cualquiera: "¡Fuera perro de mierda!"
Hay días que uno tiene ganas de mandar todo a la mismísima!
Un saludo de M!
Pablo
21 comentarios
micaela -
Shinichi -
xnideax -
no la haces tio.
nicole -
pablo luna no la lleva
jajajaja..!! anda buscando discordia de la nada..definitivamente eso no la lleva ademas le faltan argumentos
frantxi -
P.D=¿¿en africa tienes internet,o tiempo que perder en el ordenador cuando podias estar acoguiendo niños?
Pablo Luna -
Como siempre me enseñas mucho, con tan poco... Es una lástima vegano. Por ti, no por mí. Es una lástima, lo poco que sale de ti... En fin. No vale picarse hombre, que esto no es la política económica, la paz mundial, o qué sé yo...
¿Quieres razonar, argumentar, debatir? Cuando tengas la mente clara, tus emociones controladas, y tus deseos insatisfechos aquietados... Ahí razonamos, argumentamos, debatimos... Aquí solo opinamos... Y nos ofendemos por ello... Tenemos mucha correa... Eso sobre todo... Cosa que te falta... Porque al final, para amargados, rigurosos, "académicos" (mal entendiendo esta palabra), "razonadores",(mal entendiendo esta palabra, también) ya hay demasiados por el mundo. (Gente que necesita darle a su vida sazón porque está muy desabrida).
Aquí, como dice mi tan apreciada amiga Angela, de ella lo aprendí, que ella a su vez lo sacó de una pela de Eastwood, -con mucho respeto eh?, y esto va para ti, y todos los veganos y seres del planeta- podemos decir: tu tienes tu opinión, fulano la suya, y yo la mía. Y aquí viene lo esperado: «Y las opiones son como los culos, todos tenemos uno».
Un saludo, de un mengano, de un peruano que no come rábano, menos de un vegano.
Pablo
el Filósofo Vegano -
Flex23, creo que esta persona no tiene mucho interés en razonar, ni argumentar, ni debatir. Solo parece interesarle hacer comentarios pretendidamente ingeniosos.
Que le aprovechen sus prejuicios. Por mi parte no pienso volver a visitar este bodrio.
Saludos veganos.
Pablo Luna -
Como dice ese dicho de Einsten: "La razón te llevará de la A a la B, la imaginación a todas partes"
Saludos peruanos,
Pablo
flex23 -
Sólo te diré que las emociones que pudiste haber tenido cuando se ha criticado tu escrito pueden ser buenas o malas pero también te diré que eso no tiene nada que ver con la verdad o falsedad de lo que se plantee. Lo que cuenta es la consistencia de los argumentos que se utilicen. De hecho no has respondido ni un sólo argumento. Y no lo digo por lo que has escrito ni porque seas tú. Ten por seguro que se lo digo a cualquiera que considere que en vez de establecer un debate decente con argumentos comienza a emitir impulsos emocionales que no aportan nada a la construcción del debate. Se lo he dicho a veganos, taurinos, carnívoros herbívoros, anarquistas, etc (lo digo porque no lo vayas a tomar a lo personal para variar).
Y para finalizar cito de tu propio texto:
¨¨Lo reconozco. Me apasionan la razón y la Filosofía, y esto en pleno siglo XXI, para muchos -al menos en mi entorno- es algo pasado de moda, anticuado, o quizá pesado y difícil de entender.¨¨
Bueno si te apasiona la razón y sabes que es lo que debemos usar para llegar a la verdad entonces la idea es aplicarla. Y formarte tus opiniones de acuerdo a ella sino pues de que sirve.
el Filósofo Vegano -
Saludos veganos.
Pablo Luna -
Ya la tormenta pasó.
Ya ganaste.
Ya tu sobervia, que por cierto es soberbia. (con b de Burro, hablando de defensa de animales). (Y no es que me crea un ducho en ortografía, pero fallaste al escribir... ¡Oh! ¡Tamaño Error! ¡Fallaste! Increíble. Lo sentimos, pero la dirección de mi blog me lo ha dicho. )
Hemos leído con mucho placer tu inmenso escrito testamentario -que denota el inmenso y profundo interés que tienes en nosotros-, desde ya, te decimos que eso lo apreciamos y conservamos muy dentro de nuestros corazones. Nos has caído en gracia. Y nos gustaría que sea recíproco, fraterno, sin odios ni venganzas -que también tanto abunda entre veganos-. Pero en fin, el mundo es como es. Ojalá podamos poner nuestro grano de arena, para hacer algo.
Por ello, retomando, te damos el título honorífico, de premio "Sobervias Veganos 2006", este premio evalúa los metamensajes, y las supuestas intenciones, -solamente en veganos eh?- y quien gana a encontrar (hablando de animales), los "tres pies al gato". Que desde ya, te decimos que tu encontraste ya las tres patitas . Te lo has ganado. Joder, hombre! Muchas felicidades a ti!
No sabes lo enriquecedor que es leerte. Ya que mientras más lo ocultas, más lo muestras. Freud en algo tenía razón. Y sí, las emociones sí pesan en tu texto y contexto. ¡Gracias por ser un maestro!
Un abrazo sincero,
Pablo, también vegano!
el Filósofo Vegano -
Empecemos:
"Pero opino, que si la gente se enciende y se llena de tanta indignación, debe ser porque en el fondo culpables de algo deben estar o quizá no tienen con quien poder desfogar, y el mundo virtual es ideal para ello."
Una muy curiosa conclusión y lectura de lo que aquí ha pasado. Lo que yo creo, más bien, es que has hablado despectivamente de un colectivo sin conocimiento de causa, de modo prejuicioso y sesgado, y lógicamente, las personas que se han dado por aludidas te han contestado de modo contundente. ¿Culpabilidad de qué?¿Desfogarse de qué? Macho, uno siembra lo que recoge. Si tu haces una serie de sentencias desafortunadas hacia los defensores de los animales, qué menos que entren a defenderse en el sitio en que han sido criticados.
No le busques tres pies al gato, la gente te ha contestado porque les has insultado, cosa bastante normal, ¿no te parece?
Pero, tú mismo, filósofo vegano, das con la respuesta. Al decir: «lo que has dado aquí es una simple opinión, que parece ser el fin de este sitio. Si esa es tu decisión perfecto....» Yo no veo en ello problema alguno. Es mi opinión, y esa es mi decisión. Y como bien dices ¡Perfecto! ¿Por qué me haces tanto caso entonces? ¿Por qué tan afectado?
En realidad, mi estado de ánimo antes de leer tu artículo y después de leerlo varió bastante poco, llevo leidas tantas estupideces sobre los defensores de los animales en tantos otros sitios de internet, que te aseguro que hace falta bastante más que esto para verme afectado.
Por lo demás, me reservo mi derecho y potestad a decidir en qué emplear mi tiempo. Sencillamente, me gusta explicar estas cosas y creo que está bien hacerlo. Las implicaciones emocionales que tenga yo en todo esto son lo de menos. Esto que se está generando aquí es un debate (supongo), y ni yo voy a buscar cuales son tus motivaciones para entrar en él, ni creo que importen las mias.
(Por otro lado, reitero, mi lectura no es rigurosa, pero exige un mínimo de inteligencia, que los filósofos asumo deben tener).
Je... supongo que quieres decir que no doy la taya para entender tu artículo. Ya me dirás qué parte me he perdido o se me ha escapado de lo que has escrito, que parece que yo sólo no llego (ironía)...
Y por otro lado, ¡Pasa la página y punto!.
Bueno, a esto ya te contesté antes. No veo por qué asumes que esto me afecta anímicamente, lo cierto es que apenas ha sido así, tan sólo lo suficiente como para animarme a responder. Las emociones suelen ser el motor de nuestras acciones, y en ocasiones basta una leve emoción para decidir emprender una modesta acción. Mejor no te remitas a mi estado anímico, ni cómo me afectan las cosas, porque estás hablando de algo que no sabes y no tiene relevancia. La cuestión aquí es que tu artículo habla de un colectivo de modo despectivo sin el debido fundamento, así que no te extrañe que la gente aludida te responda. Si lo hacen, no te defiendas con un condescendiente "venga hombre, supéralo ya". Asume tu responsabilidad, que yo no tengo intención de darle más importancia a esto de la que tiene.
Al final, creo que seré yo quien te de lecciones eh?
Yo creo que no.
No cabe duda que lo cutre no es lo que se escribe, sino las intenciones de los que están detrás de las cosas. Y en tu caso, con una soberbia encubierta de unas alturadas palabras.
En realidad se puede ser cutre en las dos cosas, y no especifiqué cuando taché a tu artículo de cutre a qué me refería. Lo cierto es que lo dije porque 1º, el "estilo literario" en el que está escrito lo encuentro pobre, y 2º, el contendio referido a los defensores de los animales tiene fines espurios.
Mi crítica ha sido contundente, cierto. Si eso me convierte en sobervio a tus ojos, pues qué le vamos a hacer. No creo haberte faltado al respeto, tan sólo te contesté conforme al tono de tu artículo, que como ya digo es ofensivo, luego tampoco veo tan impropio que mi tono sea severo. Así que no me parece que estés en posición de mostrarte ofendido.
No obstante, hay gente con mucho tacto -como Fabiola, por ejemplo-, que me ha invitado a sus blogs, a conocer un poco más, y entablar un diálogo enriquecedor.
Yo también te invité al mio, de hecho la dirección que te pasé en mi anterior mensaje para que la visitaras pertence a una sección de mi blog sobre veganismo.
Porque creo -hablando de tí- que si nos creemos filósofos, y muy al rollo de la ética y tolerancia, a hacer todo muy bien, a querer lo mejor para todo y para todos, al menos debemos intentar unir más que desunir. En fin, nuevamente, es mi opinión. Que porsupuesto no es la ciencia objetiva, poderosa, y profunda y llena de tanto conocimiento que tu tienes, seguramente.
Ahórrate esos sarcasmos, hazme el favor, que ni yo he hecho alarde de conocimientos, ni con ese tipo de "finas ironías" me vas a hacer pasar como persona que hace tal cosa. Rebate argumentos hombre, no te dediques a intentar descalificar a tu interlocutor con trucos de dudosa higiene.
Aquí, en mi blog, estamos -literalmente hablando- los mediocres, los de la vía intermedia, los que no somos dioses, pero tampoco seres inferiores, sino simplemente humanos. En fin. Nuevamente es mi opinión. Y si la cosa saca roncha, pues ni modo, dicen mis maestros de la vida, veganos ellos, "estàs en buen camino". El que lea entienda. Y por favor. Lean bien. Simplemente eso. Lee bien. Un sincero saludo a la distancia. Pablo
Gracias por tu recomendación, yo te voy a sugerir algo parecido: lee, a secas. Lee lo que defendemos algunos defensores de los derechos animales. y luego, escribe. Escribe sabiendo de lo que escribes. Será la mejor garantía para que no te encuentres con que los aludidos te repliquen, si es ese tu interés.
Si lo que pretendes es, por el contrario, levantar polémica y molestar a la gente, entonces sigues escribiendo sin informarte debidamente, invéntate cosas conforme a prejuicios. De este modo seguro que consigues ese fin.
Saludos veganos.
Pablo Luna -
Pablo Luna -
el Filósofo Vegano -
Tu generalización sobre los defensores de los animales es tan poco conectada con la realidad que no puedo por menos que invitarte a que conozcas un poco mejor a estas personas y el modo de vida que defienden.
No tengo ganas de darte un curso acelerado aquí y ahora, pero por la web puedes encontrar un monton de páginas y blogs sobre esto. Aquí tienes, por si te interesa, este link:
http://sitiosveganos.blogspot.com/
Sobre este comentario tuyo:
"Pero en fin, es mi simple opinión. (Estamos acá para opinar)."
El problema es eso precisamente, que lo que has dado aquí es una simple opinión, que parece ser el fin de este sitio. Si esa es tu decisión perfecto, pero que sepas que la información rigurosa carece de eso que se llaman "opiniones", que no dejan de ser juicios personales subjetivos sobre las cosas.
En fin, que te invito a que te informes sobre este tema para escribir críticas objetivas, no opiniones prejuiciosas con escaso valor real.
Saludos veganos.
Adriana -
No debe gustarnos un leon(raton, perro, vaca..etc), pero si debemos respetar que igual que nosotros esta en busca de un hogar, alimento, familia.. etc. Debemos respetarlo tanto que lo deberiamos dejar en paz, y solo brindarle ayuda si es que depende de nosotros auxiliarlo sin intervenir drasticamente en su exsitencia.Pues su vida es tan importante como la nuestra.
Y antes de generalizar y lanzar conjeturas sobre los defensores de animales, nuestra etica y demas.. deberias leer un poco y la proxima vez, podrias demostar un poco mas de conocimientos solidos y objetivos al respecto.
Fabiola -
Saludos
Pablo Luna -
Gracias por opinar sobre mi artículo.
Gracias por defender a los animales.
Gracias por informarte tanto sobre todo, sobre los animales antes los humanos seguramente.
Gracias por no leer correctamente. (Pero bueno, al final y al cabo somos humanos). (Y mira, fui tan humano, que acogì a un simple perrito en mi hogar)
Gracias por mostrar tu punto de vista.
Ah! Y gracias por tu honda y profunda "sensibilidad" hacia los animales. En este caso particular, los perros. (porque yo hablo de UN PERRO, no de LOS ANIMALES. -Un sabio, amante cuidador burguès de animales, decìa "una golondrina no hace el verano". En fin-)Yo los adoro tambièn pero de otra forma. Pero al final es amor.
Gracias, por todo. Y cuando ya tenga un poco de tiempo libre, me informarè sobre los animales. Por ahora mi interès son los humanos.
Un abrazo muy grande con una inmensa sonrisa.
Si quieres lo aceptas, (que la bronca o negatividad, es uno de los regalos que al menos yo, no quiero aceptar)
Un saludo,
Pablo
flex23 -
Saludos
Aschroft -
La mierda a veces, es buena sacarla, botarla, y una lluvia aunke moja, tambien lava.
Montse -